De vez en cuando creamos homúnculos.
Seres en nuestra espalda.
Que viven de nuestras migajas.
Nos dan una caricia y luego nos muerden.
Fijen ser piel de nuestra piel.
Para ir creciendo cada vez más.
Quieren superarnos.
Mentalmente.
Físicamente.
Quieren dominarnos.
Quizás es cierta envidia.
Quieren lo que pudo ser.
La realidad es que criamos cuervos.
Que esperan el momento para sacar nuestros ojos.
Robarlos y ponerlos sobre los suyos.
Para ver mejor.
Para ser más fuerte.
Para ser todo más que nuestros.
Son el lobo que atrae a caperucita.
Pero en vez de la abuela.
Come a caperucita.
No lloren como yo.

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