Él nació del impacto de una flecha con un árbol.
Veloz.
Certero.
Mortal.
Ella nació de la caricia del mar con la arena.
Suave.
Cristalina.
Cariñosa.
Se conocieron.
Porque la luna así lo quiso.
Los unió a través de la muerte.
Un cuerpo cayendo al agua.
Se conocieron.
Porque el sol así lo quiso.
Los unió a través de la vida.
Dejándola a ella respirar otra vez.
Cuando se separó de la arena.
Quizás eran demasiado diferentes.
Él siempre fue una flecha.
Lanzada para herir.
Ella el océano.
Amada y deseada por todos.
Nadie quiere una flecha en su piel.
Pero si al océano rodeándolos.
Pero el océano esperaba cada noche.
A que la flecha la atravesara.
Solo para decirle que su rumbo no era incierto.
Ella lo recibiría cada noche.
Luego de que los guerreros murieran.
Luego de que los arcos quedaran vacíos.
Y las mujeres dejaran de llorar ríos por sus maridos.
No lloren como yo.

Poemas premiun.
2 poemas que no fueron publicados en el blog.
$2.00